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Todos conocemos el método pilates y seguramente sabemos de alguien que lo practica o ya lo hemos probado alguna vez nosotros mismos. Dicho método se basa en los principios básicos de Concentración (mantener la mente centrada para conectar cuerpo y mente), Respiración (consciente y voluntaria consiguiendo una conexión intensa y profunda con el centro de nuestro cuerpo dando lugar a un equilibrio y seguridad), Centralización (el centro abdominal es el centro energético de nuestro cuerpo, todo movimiento se inicia desde dicho centro), Control (movimientos controlados), Precisión (ejercicios en ejecución perfecta, siguiendo las instrucciones) y Fluidez (movimientos lentos, controlados, rítmicos y armoniosos). De todos estos, la respiración ocupa un papel fundamental que lo diferencia de otras disciplinas.

Al aplicar una respiración específica, el ejercicio se vuelve más seguro a la vez que efectivo. La técnica de respiración en pilates incide en varios puntos en cada una de las fases de la respiración.

Inhalación

En esta fase buscaremos expandir el perímetro que abarca la parte inferior de las costillas, así aprovechamos aún más la capacidad pulmonar y también oxigenamos más y facilitaremos el intercambio gaseoso que tiene lugar dentro de los pulmones, aumentando el volumen de la ventilación pulmonar.

Exhalación

Ahora, debemos expulsar el aire de forma profunda para conectar con el abdominal profundo, el transverso.  Esto lo conseguimos metiendo el ombligo hacia la columna cuando soltamos el aire. Se va a producir un estrechamiento de la musculatura abdominal profunda: transverso primero  y oblícuos después, que tiene forma de cinturón y que actúa como faja (protegiendo la parte más vulnerable de la columna: la columna lumbar), ayudándonos a la estabilización del torso, justo antes de que ocurra el movimiento.

Respiración diafragmática

Este tipo de respiración organiza a la persona que realiza los movimientos, ayudándole a controlar y estabilizar su cuerpo. Así se hace posible la conexión que transmite eficientemente las fuerzas, a través de todo el cuerpo. El par de fuerzas o sinergia que existe entre el suelo pélvico, la región abdominal y el tórax permite una conectividad que es un componente esencial en la secuencia de los movimientos de Pilates.

La respiración debe ser en todo momento lenta, contínua y, durante ella, debe procurarse realizar inhalaciones y exhalaciones de la misma duración para así permitir un óptimo intercambio gaseoso oxígeno-dióxido de carbono en el cuerpo. Pilates hace hincapié en la importancia que tiene la pureza del flujo sanguíneo. Esta pureza se mantiene respirando correctamente mientras se hacen los ejercicios, se oxigena la sangre eliminándose los gases nocivos.

Fuente: Telva

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